No se lo tome a mal señora, pero tal vez sea el momento de abandonar la profesión. ¿Empezarla? Bueno, ahí ya la cosa tiene otro color, pero sigue siendo un poco perverso, tal vez tenga cierto público, un grupo de marineros trasnochados, unos pocos intelectuales mediocres, algunos esquizofrénicos con psicosis alucinatoria…Por favor, no piense que la estamos ofendiendo, seguramente tiene usted mucho para ofrecerle a la cámara. Exacto, la experiencia, la vida, los hombres… ¿En singular? Claro, claro, uno solo pero de calidad. No se, el productor me está diciendo que no es el perfil que estamos buscando justamente para esta producción. No tenemos definido exactamente el perfil, los límites son vagos, pero una mujer de setenta años desnuda tal vez no erotice como una de veinte, una de treinta, una de cuarenta. Está perfecto que no le tenga miedo a los excesos. Desde luego que descartamos a la gente temerosa, inhibida, porque de esto se trata nuestro cine, ya sabe, experimentación pura, plano detalle, libertad de movimiento, la pérdida de la identidad en el colectivo orgiástico. ¡Si! ¡Eso! El desplazamiento del cuerpo, de los cuerpos, las manos indecorosas, las miradas atrevidas, la ingesta indecente de fluidos corporales. Pero usted nos intimida, con su rouge perlado, el agua de colonia, el traje floreado de sastrería. Las chicas que trabajan para nosotros no saben lo que es un sastre señora, el vestuarista no podría dar con su talla. Si, claro que tenemos vestuarista. ¿Para qué? Para el comienzo, la gente en la primera escena está vestida. No, no puede aparecer en la segunda ya desnuda. Porque no. Los personajes los planteamos en la primera y nunca cambian, en realidad se cambian entre ellos, rotan las parejas pero siempre son los mismos, usted sabe, el afrodescendiente, el filipino, la chica tipo sueca, la mujer de cabello colorado, va, el “nicho ecológico”. Ahí el espectador tiene que hacerse la idea de que se están recorriendo las periferias. No, no estoy insinuando que usted no pueda recorrer al angoleño, estoy seguro, el productor me está diciendo que está convencido de que usted podría recorrerlo mejor que nadie, no dudamos de su capacidad de recorrer, tenemos miedo que ellos no quieran recorrerla. Usted comprenderá que bien podría ser la abuela de la sueca, creemos que le puede dar impresión besar en la boca a su abuela, tocarle los pechos a su abuela, lamerle la espalda a su abuela. Y… es fuerte, es osado, es trasgresor. No señora, usted no entiende, la trasgresión en este cine tiene sus límites. No, no me contradigo, simplemente creo, creemos, que no es un trabajo para usted. Desde ya, no podemos de decidir por usted, pero ¿por qué eligió precisamente este género? Por qué no actuar en un unitario costumbrista, esos que están de moda, hacer el papel de abuelita que aparece de vez en cuando diciendo cosas como “nena a ver cuando traes un candidato” o “se te enfría la pasta nene, vení a ver el partido acá”. Si le interesa un papel así, le puedo recomendar un director conocido, cursamos juntos un par de materias hasta que me fui de la facultad. Entiendo perfectamente. Usted quiere lanzarse al estrellato con la pornografía. De acuerdo a lo insólito déjeme conversarlo de nuevo con el productor, quizás pueda hacer un solo, una escena cortita, “mujer EXTRA madura en el Jacuzzi” o algo por el estilo. ¡Ah! quiere que la toque. Que la toquen perdón, en plural. Si, si, muchos, entre muchos, que se mezclen, que la escrachen en la sublimidad del desenfreno. Brutalidad australopitecos, exhalación ininterrumpida, glándulas sudoríparas, papilas gustativas, excrementos. Tal vez si la ponemos de costado, si ubicamos la cámara sólo entre sus cavidades podríamos innovar con el plano de la exhuberancia. Hay cuatro personas y cinco genitales. Si, podriamoss hacer eso, nada figurativo, que se vean solo las cavidades, que se distingan por intensidades y colores, solamente eso, la cámara siempre con movimientos pélvicos, que van y que vienen. Que entran y salen. Primero en usted, y luego en las chicas, un plano detalle de los chicos, después usted de vuelta. Plano secuencia: la mesa de pool, el filipino, la tipo bretona, la rock- cola, la música funcional, un retorno a la vanguardia setentista. Las extremidades. Ahí abajo. Que se confundan todos, que se fagociten hasta el cansancio. El surrealismo de la penetración. Uno, dos, tres, cuatro y el quinto. De – construcción de la gramática cinematográfica. El imperio de los sentidos…
Piénselo bien, si le interesa esta versión usted puede ser la protagonista.